Se llama Minería a Cielo Abierto al proceso de
explotación minera que no es realizado en galerías subterráneas, sino en la
superficie de la tierra.
Para sacar los minerales de estos yacimientos, se remueve gran cantidad de tierra con maquinaria y explosivos, creando inmensos cráteres que pueden llegar a ocupar más de 100 hectáreas y normalmente alcanzan de 200 metros a 800 metros de profundidad (En Rusia hay una mina a cielo abierto de diamantes que llegó a los 1200 metros). A menudo se construyen rampas en forma de espiral para que puedan subir los camiones con el mineral desde el fondo del yacimiento.
Los cráteres se agrandan cada vez más, hasta que la empresa deja de explotar el
yacimiento por considerar que ya no resulta rentable.
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En argentina, la explotación minera comenzó en la
década de los noventa, por parte de empresas extranjeras concesionarias.
Actualmente se halla en expansión y mueve grandes cantidades de dinero, de las
cuales el estado recibe el 3%.
La Ley de Inversiones Mineras, el Código de Minería, el Acuerdo Federal Minero
y la Ley de Protección Ambiental fueron creados para garantizar las inversiones
de numerosas multinacionales, a las que se recibió con los brazos abiertos aún
cuando habían sido acusadas de contaminar en sus países de origen.
En 1993 la cantidad de terreno de exploración minera que por persona fue
ampliada a 100.000 hectáreas. En 1994 se liberó a las empresas mineras de pagar impuestos por importaciones.
Durante el 2003, las constantes denuncias contra grandes empresas mineras
resolvieron al Banco Mundial a encargar a un grupo de organizaciones no
gubernamentales un estudio al respecto. El informe, titulado "Minería:
Quiten las manos de nuestros recursos naturales", dirigido por el ex
ministro de Ambiente de Indonesia, Emil Salim, señala que "la industria
minera dista mucho de contribuir a mitigar la pobreza y el desempleo, y en
cambio suele avasallar los derechos humanos".
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Por ejemplo, en la provincia argentina de La Rioja,
tenemos el caso de la mina conocida como Famatina. La multinacional minera
canadiense Barrick Gold Corporation pretendía explotar a cielo abierto una mina
de oro y plata en el cerro Famatina. La movilización social en los pueblos
riojanos (Famatina, Pituil, Chañarmuyo, Chilecito, Chamical, Punta de los
Llanos, Los Sauces y y Chepes, entre otros) se resistió al proyecto con campañas
de difusión, marchas y cortes de ruta. Hace
unos años lograron que el interino gobernador riojano impulsara una ley
de prohibición de minería a cielo abierto con uso de cianuro, pero la compañía
no dejó el proyecto y al cambiar el gobernador se volvió a habilitar nuevamente
la actividad minera, aún en desacato de la legislación existente…
El CEO y mandamás de la Barrick Gold es el
potentado canadiense Peter Munk. Un empresario que logró extraer agua -además
de gas, petróleo, oro y montañas de dólares- de las piedras, y que ahora
embolsa aún más pilas de dinero gracias a la crisis económica y financiera
internacional. Nacido en Budapest, en 1927, hijo y nieto de millonarios
húngaros, la fortuna familiar se destinó a salvar sus vidas durante la Segunda
Guerra Mundial. Fue en 1944 cuando su familia y más de 1600 judíos más
escaparon a Suiza en un tren comprado a un nazi que se escondería durante la
posguerra en la Argentina: Adolf Eichmann.
(Tal vez soy menos sensible a estos temas, porque veo que lo que la gente necesita primero es la seguridad económica, y sólo cuando la tienen, pueden darse el lujo de focalizarse en los derechos humanos.)
Investigado por malversación de fondos y por
contaminación del medio ambiente, Munk, a diferencia de cómo lo apodó la revista
Forbes: “El Rey Midas del Siglo XXI”, ya que cuanto negocio que emprendia, se
transformaba en oro, podríamos decir que todo lo que toca en materia minera o
de excavación termina transformándose en “veneno”.
Ante los cuestionamientos en la Argentina, como los de Greenpeace por la destrucción de glaciares en sus minas de Veladero y Pascua Lama, el vocero jefe de Barrick, Andy Lloyd, los califica más propios de "una novela de ciencia ficción que de la realidad".
El ida y vuelta va más allá. También el premio Nobel de la Paz Al Gore cuestiona a Barrick. Por eso, el ex vicepresidente de Estados Unidos exigió en 2007 que la minera sacara su auspicio de la conferencia que estaba por brindar en Chile. Si no, anticipó, la cancelaría. La minera retiró sus 5 millones de dólares y los derivó a programas de desarrollo en el Valle del Huasco.
En
enero de 2009, Noruega fue más allá. Retiró más de 200 millones de dólares de
sus fondos de pensión en inversiones en Barrick por sus daños irreparables al
medio ambiente en, por ejemplo, Indonesia y Papúa Nueva Guinea.
Las
minas a cielo abierto son minas superficiales expuestas al aire. Son excavadas
tallando cornisas cada vez más profundas sobre la roca, de la que se pueden
extraer minerales o carbón. Aunque estas minas, de acuerdo al Daily Star,
generalmente son más seguras que las minas bajo tierra en términos de víctimas
mortales humanas, aún así constituyen un riesgo considerable de los que se debe
estar consciente. Algunos de estos peligros se extienden sobre los recursos naturales, así
como plantean preocupaciones potenciales acerca de la seguridad de la gente. Es
esencial tomar consciencia de ellas para obtener seguridad general y una
consciencia ambiental.
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La gente que trabaja en las minas a cielo abierto
están en peligro de caer de un "banco" o cornisa cortada a partir de
la roca, mientras excavan. Tal caída a una cornisa inferior, o peor aún al
interior del pozo de la mina, puede obviamente resultar en heridas y ser fatal.
Se debe emplear extrema precaución al estar de pie sobre un banco en una mina a
cielo abierto para evitar esta literal caída por el agujero, y también hay que
mantenerse atento ante la roca que cae desde arriba, como así también minerales
o carbón que esté siendo excavado con maquinaria pesada o explosivos.
Finalmente, y de acuerdo al Daily Star, el carácter
de una mina a cielo abierto, siendo un enorme hoyo cavado en la tierra,
contribuye a un trastorno de la naturaleza y la apariencia del ambiente natural
alrededor de ella. El deterioro de la calidad del agua terrestre es un peligro
posible. También, las minas a cielo abierto remueven la capa superior del suelo
de la tierra cercana, y las filtraciones de agua inesperadas que vengan de
estas minas, especialmente de aquellas que extraen carbón u oro, pueden ser
peligrosas para la vida en ríos y arroyos cercanos. Esto ocurre porque el
sistema de limpiado de los minerales preciosos se realiza en su mayoría
llenando los piletones de la excavación con agua con arsénico (ideal por su
rapidez de absorsión pero totalmente venenoso para el medio ambiente).
Aunque los riesgos ambientales de la minería a
cielo abierto no siempre son reversibles, pueden ser minimizados. Un método
para reducir el daño al paisaje natural es llenar una mina agotada con agua
para reemplazar la tierra y carbón o minerales removidos. Tales lagos pueden achicar
los riesgos asociados con la vida silvestre debidos a una mina agotada, así
como restaurar la belleza al paisaje.
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