El antropomorfismo en los robots es algo que tiene larga data, y representantes ilustres como Asimo, el robot creado por Honda hace más de una década, y diseñado a semejanza de la figura humana.
Pero en forma creciente los
diseñadores están investigando el uso de esquemas que siguen la figura de
animales e insectos, explorando las ventajas de cuerpos con múltiples puntos de
apoyo y otra flexibilidad.
A los diseños de robots con
forma cercana a la de un perro o un lagarto, se
suman otros, que son logros increíbles aun para el siglo XXI:
LA
SERPIENTE
El laboratorio de
Biorobòtica de la Universidad Carnegie Mellon, en Estados Unidos, está
investigando el uso de robots con forma de serpiente, lo que les permitirá ser
usados para entrar en lugares donde una persona o una máquina de mayor tamaño
no puede entrar, además de tener muchísima flexibilidad para avanzar por un
camino, por tortuoso que sea.
También
presentaron un segundo modelo de serpiente, que esta pensado para ayudar a las
personas que corran peligro de ahogarse, como puede ser el caso de una inundación.
También prestara servicios en películas de ciencia ficción y para encontrar
objetos, personas u otras cosas que se encuentren sumergidas en el agua.
EL
GUEPARDO
La
chita, o guepardo, es célebre por su velocidad. En el Laboratorio
de Biorobòtica de la Escuela Politècnica de Lausanne, en Suiza, se
inspiraron en su particular paso para crear un robot pequeño e investigar cómo
es que los cuadrúpedos logran correr a gran velocidad.
El
INSECTO
Científicos estadounidenses crearon un robot del tamaño de una mosca que puede imitar las ágiles maniobras aéreas de ese insecto. Este desarrollo, construido de fibra de carbono, no llega a un gramo de peso y tiene "músculos" electrónicos super rápidos que activan sus alas.
Sus creadores de la Universidad
de Harvard, en Estados Unidos, dicen que este tipo de robots minúsculos podrían
ayudar en el futuro en operaciones de rescate. Podrían adentrarse, por ejemplo,
por espacios diminutos en edificios colapsados.
Los detalles del experimento
fueron publicados en la revista especializada Science.
El doctor Kevin Ma y su equipo,
liderado por el doctor Robert Wood, dicen haber creado el robot volador más
pequeño del mundo.
Además,
tiene la agilidad de una mosca, una capacidad que le permite a algunos insectos
sortear hasta la mano humana más rápida. Esa virtud la proporcionan, en gran
medida, los movimientos precisos de sus alas, que ajustan constantemente los
efectos de alzado y propulsión que operan sobre su cuerpo, a una velocidad
altísima.
Así es
como las alas de los insectos -y las del robot- les permiten sobrevolar y
realizar maniobras evasivas repentinas. Y precisamente igual que las de una
mosca real, las alas del robot baten unas 120 veces por segundo.
Los
investigadores consiguieron alcanzar esa velocidad mediante el uso de una
material piezoeléctrico. La sustancia que lo contiene se contrae cada vez que
se le aplica un voltaje eléctrico. Al aplicarlo intermitentemente de manera muy
rápida, lograron hacer que el material se comporte justo como los pequeños
músculos que hacen que una mosca mueva sus alas tan rápido.
"Conseguimos que se
contraiga y se relaje, como el músculo biológico", explicó el doctor Ma.
El principal objetivo de este estudio era entender cómo funciona el vuelo de
los insectos, más que la construcción de un robot útil, aunque los autores ven
usos prácticos potenciales para este tipo de diminutos desarrollos.
"Podrían emplearse en
operaciones de búsqueda y rescate, para hallar sobrevivientes entre los
escombros de un edificio o en otros contextos peligrosos", dijo Ma.
También sugirió que este tipo
de robots podrían programarse para funcionar como muchos insectos reales y
asistir en la polinización de cosechas: "Funcionarían como las poblaciones
de abejas, que ahora están en declive, y apoyan la agricultura mundial",
agregó el especialista.
El modelo actual del robot está
unido a una pequeña batería, pero el doctor Ma dice que el siguiente paso sería
reducir el tamaño del resto de componentes tecnológicos para eventualmente
crear un "robot volador totalmente inalámbrico".
Un dato
curioso es que el Centro for the Study
of Existential Risk incorporo entre sus temas de estudio a una posible
rebelión de autómatas junto con el cambio climático, la biotecnología, entre
otros.
Consideran esta posibilidad que, mas
allá de la ciencia ficción como la posibilidad de que los robots obtengan
I.A. y se vuelquen en contra de sus creadores, no es del todo descabellada.
0 comentarios:
Publicar un comentario