El Poltergeist es una palabra que
se deriva del alemán y traducido significa espíritu ruidoso. Hoy en dìa se
utiliza para describir todo tipo de fenómenos paranormales, tales como los
objetos en movimiento, la ruptura de los platos, los portazos, como así también
voces y ruidos que no sean imputables a la acción humana o a una presencia
natural. El término "espíritu" se entiende cómo el uso primitivo de
la palabra referida al alma de una persona fallecida y “ruidoso” a que se
manifiesta en forma brutal o escandalosa, como desesperada por llamar la
atención. Se pensaba pues que el fallecido se manifiesta de esta manera extraña
en un intento de llamar la atención sobre sí mismo y sus problemas con la
"transición" entre la vida terrenal y el mas allá; a fin de obtener
la asistencia de los vivos. En otros casos el fallecido, utilizando estos
sistemas, estaría tratando de asustar a la gente obligándolos a abandonar la
casa o lugar (castillo, cementerio, etc.) que creía que su propiedad exclusiva.
Las apariciones de fantasmas son en realidad muy diferentes a los Poltergeist. Estas imágenes son tenues en la noche, los sonidos apenas audibles, se los llega a vislumbrar en fotografías descoloridas. Los Fenómenos de Poltergeist, sin embargo, son casi todo lo contrario. El lugar en que se producen, literalmente, se pone al revés, los muebles se mueve, los objetos se lanzan por la habitación, las fotos se desprenden de los muros, los elementos son verdaderos gritos de desgarro en el silencio de noche.
Representan uno de los fenómenos paranormales más inusuales. Se manifiestan principalmente con el movimiento súbito de objetos: cuadros que caen, movimiento de muebles, aparatos que se encienden y se apagan, piedras y rocas que vuelan en forma inusual. Este fenómeno también va acompañado de otros fenómenos, como la combustión espontánea, levitación de personas, la aparición de charcos de agua, etc..
El fenómeno puede a durar unas
semanas o meses como máximo.
Se producen casi siempre en la presencia de una persona en particular, ya que se centran en esa persona, y en la mayoría de los casos, se trata de adolescentes.
Se producen casi siempre en la presencia de una persona en particular, ya que se centran en esa persona, y en la mayoría de los casos, se trata de adolescentes.
¿Pero cuáles son las
características que indican que nos encontramos realmente frente a un fenómeno
poltergeist? Hagamos un repaso por todas ellas:
• Interferencias
eléctricas
Luces que parpadean y aparatos
eléctricos que se encienden solos en mitad de la noche.
• Aromas y olores ajenos
Olores, no necesariamente malos,
que invaden de repente una habitación. Puede ser olor de tabaco, perfumes o
quizá otros algo más desagradables.
• Objetos que desaparecen
y vuelven a aparecer en lugares inverosímiles
Las llaves del coche permanecen
desaparecidas durante días y posteriormente aparecen en un lugar completamente
absurdo como el congelador, una caja de zapatos o peor… ¡donde la habíamos
dejado!
• Objetos que levitan o salen
disparados
Un libro se cae de una
estantería, la vajilla estalla dentro de la alacena o el armario que contiene
toda su ropa y pesa más de cien kilos aparece una mañana separado 20 centímetros de la
pared.
• Cosas que se conectan de
repente
El microondas zumba en mitad de
la noche, sospechamos que se ha roto y lo desenchufamos, pero cuando volvemos a
la cama ¡vuelve a zumbar!
• Golpes, pasos y ruidos
extraños
Mientras preparamos una monografía
en nuestra habitación, escuchamos pasos por el pasillo. Cada vez más cerca. Los
pasos se paran frente a nuestra puerta, pero cuando giramos para ver de qué miembro de nuestra
familia se trata, vemos que no hay nadie y los escuchamos hablar a todos en el
salón.
• Agresiones físicas
Bueno, si notamos que alguien nos
está golpeando pero no hay nadie a nuestro alrededor, el problema es grave.
Lo peor de todos estos supuestos
que acabamos de relatar es que todos han ocurrido realmente en lugares en los
que se ha producido un fenómeno Poltergeist.
Citaremos a continuación, uno de
los casos mas clásicos y conocidos de Poltergeist modernos…
En la ciudad inglesa de Enfield
vivía en 1977 la familia Harper, formada por la madre, separada, y sus cuatros hijos:
Rosa, de 13 años, Janet, de 11; Pedro, de 10, y Jimmy, de 7.
En la tarde del 30 de agosto, las
camas de Pedro y de Janet, que dormían en la misma habitación, comenzaron a
moverse.
Al día siguiente, en la tarde, la Sra. Harper vio cómo
la cómoda de la habitación se movía, desplazándose unos cincuenta centímetros.
Hizo venir a sus vecinos, quienes
constataron que se escuchaban golpes misteriosos, y luego llamó a la policía.
Pero ésta no pudo hacer nada.
A la mañana siguiente, casi a la
misma hora, los juguetes de los niños fueron arrojados por una mano invisible.
Los vecinos llamaron a la prensa y los redactores del diario Daily Mirror se
pusieron en contacto con la
Sociedad de Investigación Síquica, la que envió a uno de sus
miembros, Mauricio Grosse, un renombrado ingeniero consultor.
Unos días más tarde, Guy Playfair
llegó a Enfield para ayudar a Grosse, Los lanzamientos y las caídas de objetos
prosiguieron en presencia de ellos.
A la casa llegó también una mujer
médium y, durante un trance, afirmó que el encantamiento se había centrado en
la pequeña Janet y que muchas "entidades" enviaban su energía a las
auras de Janet y de su madre. Esta médium las curó , y las manifestaciones
cesaron entonces casi totalmente durante varias semanas.
A fines de octubre, todo volvió a
comenzar, esta vez con mayor violencia. Los muebles cambiaban de lugar, los
cobertores de las camas eran arrancados, pozas de agua, incluso una con el
contorno de una figura humana, aparecieron en el suelo de la cocina, una rejilla
de chimenea cayó sobre la almohada de Jimmy, muy cerca de su cabeza, un
radiador de gas fue arrancado de un muro.
Grosse y Playfair trataron, por
medio de un sistema de ruidos, de comunicarse con la "entidad", que
dijo haber vivido durante 30 años en la casa y luego se puso a decir cosas sin
ningún sentido.
Más tarde, los niños vieron
siluetas y sombras en la casa. Frente a numerosos testigos, la'
"entidad" zarandeó un poco a las dos niñitas y dejó un mensaje
diciendo que rehusaba partir. Pensando que el poltergeist podría ser obra de
Rosa y de Janet, la Sociedad
de Investigación Psíquica envió esta vez un equipo de investigadores al lugar
de los hechos, pero no lograron encontrar ningún indicio de fraude.
De hecho, quedó claro que todo
giraba en tomo a Janet.
Esta presentaba, cada vez más,
señales de "posesión", tales como convulsiones, trances, etc. En
diciembre, el poltergeist agregó silbidos y ladridos a su panoplia y la
entidad, por intermedio de una voz desencarnada, dijo llamarse Joe Watson.
A continuación, cambió varias
veces de voz y de identidad, insistiendo siempre sobre el hecho de que hablaba
por una persona muerta.
Sus intervenciones eran, por
añadidura, a menudo extremadamente groseras.
El poltergeist empezó a mostrar
otros talentos y a atacar cada vez con mayor violencia a Janet, tratando de
estrangularla con las cortinas y persiguiéndola con un cuchillo que flotaba por
el aire. El lugar empezó a tener mal olor, dos incendios estallaron en unos
cajones, los dos peces rojos fueron encontrados muertos en su pecera y
aparecieron mensajes obscenos en los muros.
Otro médium intervino, entonces,
para "cuidar" las auras de toda la familia y la calma volvió por
algunas semanas.
Los encantamientos continuaron de
una forma más "banal, con apariciones furtivas de distintos personajes,
entre los cuales hubo un doble de Mauricio Grosse.
Janet tuvo que quedarse unos días
en el hospital y durante ese tiempo la actividad del poltergeist disminuyó
considerablemente. En cuanto regresó, sintiéndose mucho mejor de salud, el
fenómeno llegó a su fin.
Un médium holandés llamado
Gmcling-Mey1ing puso fin, en forma definitiva, a las manifestaciones luego de
realizar, según dijo, una intervención en el "plano astral".
Cualquiera sea la explicación que
pudiera darse acerca de este famoso poltergeist, que registró más de 1.500
incidentes, cabe señalar que, cuando comenzó, existía una fuerte tensión como
resultado del reciente divorcio de los padres y también debido a que las niñas
se encontraban en una edad cercana a la pubertad, período de turbulencias
mentales y físicas.
La historia de este fenómeno
demuestra que éste se presenta a menudo cuando existen estas situaciones.
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