Sinzienele se llama, a
las hadas malas de la noche, en la tradición popular Rumana. La gente sencilla
de esos lares, piensa que estas hadas podrían influir los casamientos futuros.
Cada 24 junio, en la noche de Sinziene, las chicas solteras cortan pétalos de
una flor del cardo. Después guardan esa flor en un vaso de agua. Ellos dicen
que mientras más rápido se regeneran los pétalos en el cardo que la joven
cuida, más grande es la posibilidad de que ella se case con el hombre que ella
quiere.
Si uno miraba a esas
hadas desnudas, ellas tenían derecho de echarte una maldición que hecha a
perder tu vida amorosa, o incluso en algunos casos podría provocar tu muerte …
Con
la llegada del cristianismo a la
Europa pagana las apariciones de hadas comenzaron a ser
concebidas como manifestaciones del diablo.
“El dios de la
antigua religión es el demonio de la nueva”, dice Margaret Murria,
antropóloga, arqueóloga y egiptóloga en su libro El dios de los brujos.
Las hadas, por ser originalmente manifestaciones de las diosas paganas no
podían quedar exentas de esta malignización.
Para acabar con ellas
y con la religión pagana los lugares de culto en donde solían aparecerse fueron
absorbidos por el cristianismo. En cada uno de ellos se colocó una imagen
sacra, principalmente de la virgen María, de manera que los devotos paganos
comenzaron a rezarle a una nueva deidad casi sin percatarse de ello. Lourdes,
en Francia es un buen ejemplo de este sincretismo.
Sin embargo, aún sin
“casa”, las hadas continuaban dejándose ver. “¿Por qué son malas?” debió haber
preguntado algún devoto confundido. La iglesia no tardo en dar una explicación:
durante su caída del Cielo, Lucifer arrastró consigo a un sin número de ángeles
aliados, pero no todos ellos eran igualmente malignos, algunos no eran del todo
leales a Lucifer aunque tampoco eran del todo leales a Dios. Esta sería la
explicación de las hadas malvadas …
Con el siglo XIII y la
recién creada cacería de brujas, llegó la oportunidad que se deseaba.
Cualquiera era susceptible de ser acusado de brujería, pero aquellos que decían
tener contacto con la “gente pequeña” se condenaban a si mismos.
Las hadas eran ya demonios encarnados y quien sintiera afinidad hacia ellas se
proclamaba como enemigo del cristianismo. Los bien conocidos “círculos de
hadas”, en donde antaño el pueblo feérico se reunía a bailar, se convirtieron
en los llamados “corros blancos”: aquelarres feérico en los que se presentaba
el mismo demonio.
Tal
fue el caso de John Walsh de Dorset en 1566, el como muchos otros, fue
ejecutado por su contacto con las hadas. En su confesión dijo haber obtenido
sus poderes como un obsequio de la gente pequeña, quienes daban consulta bajo
las colinas de Dorsetshire si se acudía en la tarde o la media noche.
Brujas y hadas trabajaban en equipo y hacían las mismas cosas: ambas robaban niños sin bautizar para utilizarlos en el aquelarre, ambas volaban, ambas tenían el poder de cambiar de forma, ambas hacían hechizos o sanaban. La única diferencia era que las hadas tenían un poco más de poder y de conocimientos por ser de naturaleza espiritual.
Dentro de las Hadas
malvadas o “Hadas Oscuras, existían categorías o divisiones, las mas poderosas
y destructivas eran las Dejjhaard o Hadas del Fuego del Averno. Sus
lugartenientes o cortesanas directas eran las Megriirh o Hadas de las Batallas.
Las castas más bajas, frecuentemente esclavizadas por el poder maléfico, se las
conocía como las Muungedihn o Hadas perversas.
Muchos dirán que todo esto son solo creencias paganas y que nunca podrían hacernos daño. Tal vez ya no pero un descubrimiento reciente puede sugerir que alguna vez lo hicieron. Lo que parecen ser los restos momificados de un hada han sido descubiertos en la campiña de Derbyshire.
Los restos de 8 pulgadas completos con
alas, piel, dientes y cabello rojizo han sido examinados por antropólogos y
expertos forenses quienes han confirmado que el cuerpo es genuino. Los rayos X
del “hada” revelan un esqueleto anatómicamente idéntico al de un niño. Los
huesos, sin embargo, son huecos como los de los pájaros lo que los hace
particularmente ligeros. La enigmática presencia de un navel even sugiere que los
seres se reproducen de la misma forma que los humanos a pesar de la ausencia de
órganos reproductores.