J.J. Armes es
parecido a un cyborg, y solo con vernos, volamos a un mundo de miles de ideas
fantásticas. Es de carne y hueso pero parece producto de la
imaginación más desbocada de Ian Fleming y su agente secreto James Bond. Tiene
aspecto de archi-villano muy peligroso. Se autoproclama “El mejor detective del
mundo” y lleva garfios en lugar de manos a los que ajusta pistolas e infinidad
de gadgets. Su minusvalía no le impide pilotar avionetas, helicópteros y ser
maestro en artes marciales.
En una entrevista
concedida en El Paso, California, Estados Unidos, la secretaria personal de
Armes nos lleva por una puerta secreta a un enorme despacho … J.J. Armes está sentado en un sofá hojeando
una revista rodeado de fieras disecadas, pero no es en realidad Armes sino una
réplica de cera. Una voz suena a mis espaldas, es Armes que estudia nuestra reacción,
convenientemente oculto tras un espejo falso:
“-Ese maniquí es
un cebo por si pretenden asesinarme. Han puesto precio a mi cabeza cientos de veces.”
Un mecanismo oculto
hace girar el espejo y aparece el verdadero J.J. Armes, sólo su cabeza
sobresale tras una gran mesa semicircular. Una aparición digna de Ernest
Blofeld, el monstruoso líder de la asociación criminal Spectre, archienemigo de
Bond…
Frank Sinatra,
Elvis Presley, Yul Brinner, Roddy MacDowell, Jill Ireland, Joan Collins… todos tienen
en común haber solicitado los servicios de Armes pero el caso que lo catapultó
a la fama fue cuando rescató a Christian, el hijo de Marlon Brando, secuestrado
por una banda de hippies relacionados con la secta satánica de Charles Manson.
Vayamos por el
principio: una granja en Texas, en mayo de 1949 Julián Armas (su verdadero
nombre) con entonces doce años está manipulando una caja de cohetes. La caja
explota y lo siguiente que recuerda Armes es ver a su alrededor gallinas
picoteando trozos de carne humana, … sus dedos.
Le implantan
poco después sus famosas prótesis con pinzas que maneja mediante contracciones
de los bíceps. Años más tarde se traslada a Los ángeles para estudiar
criminología mientras interviene en 36 largometrajes y varias series
televisivas. Luego pondrá una rudimentaria agencia de detectives.
En 1972 Marlon
Brando acude a Armes para que encuentre a su hijo Christian que se encuentra
retenido a la fuerza en algún lugar del norte de México. En un par de días,
Armes estaría sobrevolando Mexicali en helicóptero, cuando divisa una
sospechosa furgoneta junto a unas tiendas de campaña. Armes aterriza y con una
pistola en uno de sus ganchos se acerca al campamento. Varios hombres y una
mujer salen de las tiendas. Armes les ordena levantar las manos y sentarse
sobre unas margaritas salvajes.
-
“El primero que se mueva verá crecer esas
margaritas desde abajo” –.les dice Armes. Es una frase que su actor favorito,
Gary Cooper, pronunciada en el film de vaqueros El Virginiano (1930).
El detective
encuentra a Christian en una de las tiendas y los dos regresan en helicóptero a
Los Ángeles. Brando abandona el rodaje de El último tango en París para
reunirse con su hijo.
Luego vendrían
infinidad de casos con famosos y muchas más apariciones en cine y televisión.
Lueo de leer la
autobiografía de Armes, todo puede parecer excesivo, grotesco o bizarro a veces...
pero hay que destacar que es un hombre de un gran altruismo: al enterarse por
la prensa de que Harold Russell ponía a la venta el Oscar que había ganado por Los
mejores años de nuestra vida (1946) –era el marinero con garfios en
lugar de manos de la película- para costear el tratamiento de su mujer enferma
de cáncer, Armes pagó de su bolsillo las facturas del
hospital.
Cuando su mujer se
recupero (milagrosamente!!!), Russell muy emocionado accedió a una cita con
Armes a las puertas del hospital… Cuando
éste le vio extendió una mano y dijo: -“Harold, Shake those Hooks! (¡Harold,
choca esos garfios!)”…
J.J. Armes; todo
un personaje que ha crecido tanto en Hollywood (recientemente resolvió un nuevo crimen en el 2010 sobre un bebe desaparecido, lo que lo catapulto nuevamente a la fama), que ya tiene sus propias figuras de acción, proveídas por la juguetera Any Toys.