jueves, 26 de enero de 2017

Jack el Destripador murió en Argentina ?


La historia de Jack el destripador ha sido material de historias, investigaciones policiales, y literatura. Su misterio es tal que todavía sigue dando qué hablar.
Mucho se ha especulado sobre la identidad de este asesino londinense. Hasta el momento, ya se ha delimitado bastante la lista de sospechosos. De hecho, hasta la fecha son apenas 3, según las clásicas investigaciones del caso.
El primero es nada menos que el príncipe Alberto Víctor, duque de Clarence. Se presume que este hombre de la nobleza pudo haber embarazado a una prostituta y luego la mató para evitar el escándalo. Supuestamente y según versa el mito, el resto de las chicas fueron asesinadas por ser amigas o compañeras de oficio de la muchacha en cuestión. Eliminarlas, entonces, sólo se trataba de atar cabos sueltos que evitaran la divulgación de la vergüenza.
El segundo candidato a ser Jack el destripador es el Walter Sickert, de quien se sabe a vox populi que estaba completamente obsesionado con el asesino de Whitechapel, al cual, como un buen discípulo de asesino, le dedicó buena parte de su obra y su cordura.

Finalmente, el tercer candidato, no tiene nombre, pero su mito deviene de una teoría del escritor Arthur Conan Doyle, célebre por ser el creador del detective Sherlock Holmes. Este gran novelista sostuvo que, en realidad, Jack el destripador era una mujer, aunque se abstuvo de proporcionar datos más sustanciosos.



Jamás se ha logrado probar que alguno de estos sospechosos fuese realmente Jack el destripador. Solo sabemos que luego del quinto asesinato no volvió a cometerse ningún otro que tuviera las mismas características y que el caso se cerró en 1892.
Con todo lo anterior, Espejo Gótico hizo un interesante análisis sobre lo que pudo haber sucedido con es mítico asesino de Londres:
1- Jack el destripador simplemente cesó de atacar, ya sea debido a la presión policial en la zona o porque su tarea estaba terminada.
2- Murió.
3- Escapó de Londres y quizás continuó sus aberrantes homicidios en otra parte.

De estas tres posibilidades solo las dos primeras fueron ampliamente analizadas; en muchos casos, a través de hipótesis y conjeturas bastante alocadas. La tercera, sin embargo, sólo confluyen en un lugar en el mundo como exilio de Jack el destripador: la ciudad de Buenos Aires, Argentina.



El primer responsable de esta propuesta fue Leonard Warburton Matters, quien fue un político del Reino Unido y editor del periódico Buenos Aires Herald.
En 1926, Matters sugirió que Jack el destripador fue un gran médico que se dedicó con fruición a estudiar los devastadores efectos de la sífilis y que sus estudios lo obsesionaron a tal nivel que estuvo dispuesto a eliminar a todas las prostitutas de Londres.




Según la propuesta de Matters, Jack el destripador escapó a la Argentina luego de asesinar a su última víctima, la célebre Mary Kelly; llegando a la ciudad de Buenos Aires a fines de diciembre de 1888 o comienzos de enero de 1889, y que permaneció en el país hasta el día de su muerte.
Una vez instalado en Argentina, Jack el destripador siguió ganándose la vida ejerciendo la medicina hasta el año de su muerte, fechada en 1926, según Matters, bajo el seudónimo de doctor Stanley.

Lo curioso es que en esta investigación se sugiere que no sólo se dedicó a la medicina sino que además, al menos durante un tiempo, Jack el destripador ejerció el cargo de jefe de redacción de un periódico porteño. El autor no lo deja bien claro pero se deduce que ese periódico es el Buenos Aires Herald; es decir, el mismo en donde trabajaba Matters.
Esta teoría fue publicada en el libro de 1929: El misterio de Jack el destripador (The Mystery of Jack the Ripper), tal vez el primero en abordar seriamente la identidad del asesino.
El libro presenta algunos datos inconexos y conjeturas apoyadas en testimonios fácilmente cuestionables; sin embargo, en ella aparecen ciertos detalles macabros que nunca antes habían salido del secreto profesional de la policía londinense.



Si bien la obra de Matters fue meticulosamente desacreditada por los estudiosos de los crímenes de Jack el destripador, hay que decir que no es el único en haber situado el domicilio del asesino en Buenos Aires.
La pista de su estancia en Argentina reaparece en 1972, cuando el periodista británico Daniel Farson publica su obra Jack el Destripador (Jack the Ripper), donde ofrece testimonios y documentación que podrían evidenciar que el asesino realmente vivió en Buenos Aires entre 1910 y 1920.
Más aún, Jack el destripador habría sido dueño de un pub llamado Sally´s Bar, ubicado en la calle 25 de Mayo, próxima al puerto.
Vale aclarar que, por aquel entonces, la calle 25 de Mayo era literalmente la Whitechapel porteña; es decir, un barrio comúnmente frecuentado por prostitutas, ladrones y marineros.

Otros indicios sobre la posibilidad de que Jack el destripador se haya establecido en Argentina procede del escritor y profesor universitario Juan José Delaney; quien involucra al sacerdote irlandés Alfred Mac Conastair, capellán del Hospital Británico de la ciudad de Buenos Aires en las primeras décadas del siglo pasado.

En 1989, Mac Conastair le habría revelado a Delaney un secreto que guardaba de otro sacerdote su misma congregación, quien en su lecho de muerte habría confesado ser Jack el destripador, y que los asesinatos respondían a una venganza por la muerte de un hijo ilegítimo, fallecimiento que se debió a una enfermedad venérea contraída en su trato con prostitutas.
El cuerpo de este presunto Jack el destripador fue enterrado en el Cementerio del Oeste, en el barrio de Chacarita.
Si bien es verdad que estas afirmaciones no son del todo confiables, también hay que decir que todas las sociedades de la ciudad de Londres dedicadas a recopilar datos fiables sobre Jack el destripador enviaron emisarios a la dirección del Hospital Británico para conseguir información al respecto de este sospechoso.


Finalmente la pista de Buenos Aires vuelve a reabrirse en febrero de 1976, más precisamente en un artículo de la revista Ellery Queen`s Mystery Magazine, donde el criminólogo Juan Jacobo Bajarlía formuló una de las hipótesis más creíbles sobre el tema:
Esta vez, el candidato a ser Jack el destripador es un tal Alfonso Maroni, financista de profesión que vivió en Londres durante la masacre de Whitechappel realizando gestiones bursátiles a través de Greeshan House.
Si bien el financista jamás confesó públicamente los asesinatos, después de su muerte en 1929, a la edad de 75 años, su secretario privado reveló haberlo ayudado a cubrir el rastro de los homicidios y diseminar rumores maliciosos.
Bajarlía finaliza de este modo su increíble repaso de los hechos:
Al regresar a Buenos Aires, revisando mi archivo de crímenes, tuve una evidencia sobre la cual no me atrevo a escribir todavía. Jack el Destripador, desaparecido de Londres, había muerto en Buenos Aires, a los 75 años, en un hotel de la calle Leandro N. Alem, frente a la plaza Mazzini, hoy Roma, una mañana lluviosa de octubre de 1929.