viernes, 27 de marzo de 2015

El Monstruoso Leviatán



El leviatán es un ser monstruoso perteneciente a la mitología hebrea, mezcla entre una serpiente de mar y una ballena.
Es un ser conocido desde la antigüedad. En la Biblia se leen descripciones del leviatán en distintos pasajes y representa a un enorme monstruo marino creado por Dios y que simboliza el mal. Se ha llegado a pensar que también puede tratarse de una especie de cocodrilo gigante ya que, en el libro de Job, el leviatán representa al cocodrilo al que hay que dar caza.
Tiene el cuerpo con escamas muy juntas, a modo de escudo protector, dientes afilados y forma de reptil, de hecho, es bastante parecido a un dragón sin alas en su aspecto externo. Sus escamas son de color verde esmeralda o turquesa.
Es capaz de expulsar un ácido vaporizado por la boca, pudiendo provocar así quemaduras corrosivas en sus víctimas. Sus ojos están siempre iluminados, como incandescentes.
Se trata de un ser muy fiero y fuerte. Las historias sobre leviatanes han sido muy famosas entre pescadores, puesto que el leviatán es un monstruo muy temido en las aguas marinas.
Considerado como uno de los “Siete Príncipes del Infierno”, Leviatán es para muchos interpretes una forma simbólica del mismo Satanás. Él es el “Dragón que está en el mar” del que habló el profeta Isaías , la Serpiente Antigua, el terrible “Amo Demonio de los Océanos” referido en el Diccionario Infernal de Collin de Plancy…




Algunos intérpretes han sugerido que Leviatán es un símbolo de la Humanidad que se opone a Dios; en este lineamiento teórico, también han dicho que las bestias del Libro de Daniel y del Apocalipsis son en realidad seres metafóricos.
El hecho de que el leviatán esté presente en aguas dulces y saladas hace pensar que, tal vez, sean dos seres distintos con el mismo nombre. O, tal vez, exista un leviatán de río y otro de mar.
El nombre “Leviatán” aparece en varias ocasiones dentro de la Biblia:
§  Isaías 27:1: Este pasaje, al ser vinculado con la descripción que el Génesis hace de Satanás como una serpiente tentadora, ha sido en gran parte el que ha dado origen a la figura del Demonio como el Gran Dragón, como la Gran Serpiente, como Leviatán…En efecto, a diferencia de otros pasajes bíblicos en que “Leviatán” parece ser solo el nombre con el que se alude a una gran bestia, aquí sí resulta claro que alude al Demonio (al menos simbólicamente), sobre todo teniendo en cuenta que el contexto del pasaje bíblico es un contexto apocalíptico. Por ello sirve citar no solamente Isaías 27:1 sino también Isaías 26:21. Citando ambos pasajes (que en la biblia está uno luego del otro) se tiene este texto revelador: ‹‹Porque el Señor sale de su morada/para pedir cuenta de su iniquidad/a los habitantes de la tierra:/la tierra pondrá al descubierto la sangre derramada/y ya no cubrirá a sus muertos./Aquel día, el Señor castigará con su espada bien templada,/a Leviatán, la Serpiente huidiza,/a Leviatán, la Serpiente tortuosa,/y matará al Dragón que está en el mar.››




§  Salmos 74: 13, 14 y Salmos 104: 25, 26: En el primer pasaje se habla de que el Señor aplastó las cabezas de Leviatán y se las dio de alimento a las fieras del desierto, mientras que en el segundo se dice que creó al Leviatán para jugar con él y se presenta al Leviatán como una bestia marina. Hay quienes han interpretado que el primer pasaje alude a Leviatán como el Demonio pero aquello carece de sentido si se tiene en cuenta que, a diferencia de en el texto de Isaías, en Salmos 74: 13, 14 el Señor ya ha aplastado las cabezas de Leviatán, ya lo ha derrotado, siendo que supuestamente —y en concordancia con el Nuevo Testamento— es en el Día del Juicio (tal y como sale en Isaías) cuando el Demonio será definitivamente derrotado. Ahora, el pasaje de Isaías también se puede interpretar como una referencia a lo que será (aún no ocurría en tiempos de Isaías) la liberación de los israelitas en Egipto; y, partiendo de eso, la interpretación que se ha hecho de Salmos 74: 13, 14 sería coherente con Isaías en tanto que se habría escrito luego de acontecida la liberación de los israelitas en Egipto; ya que, según se ve en el libro del profeta Ezequiel, a Faraón se lo nombra como un gran monstruo marino tendido en el Nilo, monstruo que será abandonado a las bestias y les servirá como alimento, tal y como luego el Salmo 74: 13, 14 muestra que se cumplió. De ese modo queda claro como las interpretaciones concuerdan si se ve los pasajes como aludiendo al hecho histórico del éxodo israelita; mas, si se intenta ver a los pasajes como aludiendo a la derrota del Demonio, la interpretación solo funciona con el texto de Isaías y resulta forzada en el caso de los Salmos. Por otra parte, en lo que respecta a Salmos 104: 25, 26, a Leviatán allí simplemente se le nombra como monstruo marino, no tiene sentido postular que represente al Demonio antes de pelearse con Dios ya que ese “Leviatán que tu formaste para jugar con él” va precedido de un “Allí está el mar, grande y dilatado, donde se agitan, en número incontable, animales grandes y pequeños” y, por ende, el contexto indica con toda claridad que Leviatán es solo una bestia entre todos esos animales “grandes y pequeños”.




§  Job 41: Algunos eruditos han dicho que el extenso pasaje de Job alude al cocodrilo, lo cual en primera instancia parecería tener sentido si tenemos en cuenta que el Leviatán de Job habita en el agua, tiene escamas, piel dura e hileras de colmillos. No obstante, incluso en una versión bíblica tan actual como la Reina Valera 2000, el Leviatán de Job es presentado como un ser que no puede vencerse con armas humanas, que su sola visión espanta, que es rey entre los soberbios y que escupe fuego. Entonces: ¿existe alguna especie de cocodrilo que escupa fuego? Evidentemente no, de allí que haya tenido tanto sentido la interpretación hasta hoy vigente de que la bestia referida por Job es el Leviatán-demonio que todos conocemos, un ser terrible de cuya boca “salen hachas de fuego, centellas de fuego proceden” (Job: 41:19, Reina Valera 2000).

Se cree que, antes de caer, Leviatán pertenecía a la orden de los Serafines, la primera jerarquía angélica de entre las nueve existentes. Así, Leviatán habría estado entre los “ángeles de la caridad”, entre los seres que están más cerca del Padre y que pasan la eternidad contemplando y disfrutando la belleza del Todopoderoso y cantándole a su gloria sempiterna mientras esparcen sus rayos de amor sobre la Creación.
En la demonología medieval algunos creían que Leviatán era un demonio acuático que intentaba tomar posesión de las almas y que resultaba muy difícil de expulsar mediante el rito exorcista. Otros simplemente lo veían como una imagen de Satanás.
Para Santo Tomás de Aquino, Leviatán era el demonio de la envidia y, de entre todos los habitantes del Averno, él era el primero en encargarse de castigar a los envidiosos.
Según el jesuita Peter Binsfeld, Leviatán es, dentro de los siete príncipes del infierno, el que representa el pecado capital de los celos. Al menos así lo describe dentro de su De confessionibusmaleficorum et sagarum, libro que es uno de los pilares de la demonología renacentista (fue publicado en 1589).
Más tarde, SebastíanMidhaelis habría de dividir a la elite de los demonios en tres categorías, poniendo ocho demonios en la primera, cinco en la segunda y tres en la tercera. Allí Leviatán sería situado en la primera categoría como un demonio caracterizado por atacar las creencias religiosas, por inducir al paganismo, al ateísmo, al escepticismo arreligioso…




Dentro de todo lo que se ha dicho sobre Leviatán hay algo de suma importancia en tanto que supuestamente fue dicho por un demonio…De esto nos habló el Padre SebastienMichaelis en sus escritos sobre el caso de posesión de la hermana Madeleine, acaecido en 1647 dentro del convento de Louviers en Aix-en-Provence. Ahí, SebastienMichaelis nos cuenta que, en el contexto de los exorcismos, el demonio Bablerith (uno de los tantos demonios que poseían a la monja de dieciocho años) soltó los nombres de los otros demonios que poseían a la monja, dentro de los cuales estaba Leviatán, demonio que, según dijo Balberith, tendría de enemigo especial a San Pedro, se encargaría de incitar a los hombres a cometer sacrilegios y sería el gran enemigo de los santos.


viernes, 13 de marzo de 2015

El Apocalipsis Digital



Vinton Cerf, inventor de Internet junto con Bob Kahn, tiene un punto de vista calificado e importante, cuando advierte sobre el cataclismo digital en ciernes. Documentos, correos, imágenes, videos, blogs y la Web en general van a perderse irremediablemente, como devoradas por un agujero negro, sentenció en Febrero del 2015 en la reunión anual de la Asociación Norteamericana para el Avance de las Ciencias. ¿La razón de esta Gran Extinción Digital? Que los programas que usamos para acceder a tales documentos van a volverse obsoletos muy pronto. Cerf llama a este proceso bit rot (putrefacción de los bits), y anticipa que por lo menos perderemos la información de una generación, si no de un siglo. "Los primeros pasos de la humanidad en el mundo virtual se perderán para los historiadores del futuro", asegura.

Esta preocupación no es nueva en el repertorio de Cerf. En el último párrafo de un artículo que publicó hace más de siete años en la revista del Instituto de Ingeniería Eléctrica y Electrónica, imaginó a un individuo que, en el año 3000, trata de leer una presentación de PowerPoint 1997 usando la última versión de Windows. Cerf se pregunta entonces cómo lograr semejante prodigio. ¿Tendremos que preservar todos los programas usados para crear esa información? ¿Habrá que retener también los antiguos sistemas operativos? ¿Harán falta emuladores del hardware?



Mil años pueden parecer una enormidad. Lo son, de hecho. Pero hasta mediados del siglo XX, nuestros registros fueron preservados en sustratos capaces de tolerar esos abismos de tiempo, y más. La arcilla de los sumerios, el papiro egipcio, el pergamino de los romanos, el papel de vitela de la Edad Media, incluso nuestra cotidiana celulosa nos han permitido reconstruir la historia humana con lujo de detalles. Las fotos y el cine sumaron sus invaluables testimonios en el también confiable acetato.
A partir de la digitalización se vino a producir una paradoja, que tiene al menos dos facetas. Por un lado, se simplificó la producción de documentos. Pasamos del rollo con escasas 24 o 36 fotos a cámaras capaces de almacenar miles de imágenes. De la tosca y centenaria máquina de escribir nos mudamos al veloz, dúctil e incansable procesador de texto. También recuperamos documentos antiguos, escaneándolos o digitalizándolos mediante OCR.
Por otro lado, sin embargo, para reproducir estos documentos digitales deben intervenir tecnologías complejas. Mientras la página impresa no necesita computadora ni Windows, un simple documento de Word, un MP3 y cualquiera de las fotos que sacamos a diario exigen cerebros electrónicos y software para revelarse. De otro modo, son simples cadenas numéricas sin sentido.


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"Estamos tirando todos nuestros datos despreocupadamente a un agujero negro sin darnos cuenta", alerta el veterano matemático e ingeniero en sistemas. En el corazón del problema está que las máquinas y programas que usamos hoy serán en 20 años piezas de museo. ¿Cuántas computadoras nuevas pueden hoy leer un disquete? Ninguna. Fue abandonado en 2003. El CD y el DVD están transitando un lento pero inexorable eclipse.
Luego están los formatos de archivos. Los JPEG son hoy los reyes, pero el día menos pensado se convertirán en una rareza. Las bases de datos -estructuras fundamentales de nuestra época, pese a que nos resultan en general invisibles- también pueden envejecer, lo mismo que los sistemas operativos (Windows, Mac, Android, Linux y sigue la lista). Casi todos hemos experimentado el calvario de pasar los datos de una agenda digital a un smartphone. Fue sólo el comienzo.
Al ominoso escenario se añade el que muchas de las tecnologías usadas para producir y reproducir la documentación de nuestro tiempo son propietarias. Si la compañía detrás de estos protocolos desaparece o si esa tecnología es discontinuada, las posibilidades de acceder a los datos se reduce en consecuencia.
No obstante, hay una luz de esperanza. Aunque parece presuroso, el proceso de obsolescencia es paulatino y los formatos y medios más populares (los JPG, pongamos) quizá puedan actualizarse a tiempo, antes de caer en el olvido.

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Cerf, quien comparte el título de Padre del Internet con el actual vicepresidente de Google Bob Kahn, aseguró durante una conferencia de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia que la magnitud del problema es mayor de lo que se piensa. De continuar sin tomar medidas, en un futuro las nuevas generaciones no tendrán un registro histórico del siglo XXI.

La llegada de dicha “era oscura digital” ocurrirá cuando el hardware y software actual se vuelvan obsoletos, hasta el punto en que la información almacenada sea imposible de recuperar. “Es algo que me preocupa mucho. En cierta medida, ya lo estamos viviendo. Ya no podemos abrir los documentos o presentaciones creados en formatos viejos con la versión más reciente de nuestro software, porque la compatibilidad con sistemas y aplicaciones anticuados no está garantizada. Y lo que puede ocurrir con el tiempo es que, aunque acumulemos vastos archivos digitales, terminemos por no saber qué contienen”, dijo Cerf en una entrevista para la BBC.


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De cara al futuro, Cerf se ha propuesto la tarea de desarrollar una herramienta y/o método capaz de preservar dicha información, de modo que actúe como una imagen de rayos X tanto del contenido, la aplicación y el sistema operativo, así como la descripción del equipo disponibles en la nube. “La clave aquí es que, cuando mueves los bits de un sitio otro, aún sabrás cómo desembalarlos para interpretar las diferentes partes correctamente. Esto será posible si estandarizamos las descripciones”, aseguró Vinton Cerf. “Y ese el asunto central aquí: cómo asegurar que en un futuro lejano estos estándares se sigan conociendo y que se pueda interpretar las fotografías de rayos X construidas con cuidado.”