sábado, 30 de agosto de 2014

Mitos Urbanos Argentinos

A continuación, una recopilación de algunos de los mitos urbanos más difundidos dentro del territorio argentino y que mas penetración tienen en la cultura popular:


La Dama de la Vela

Cuentan los habitantes de la ciudad de Corrientes que en el edificio de la Escuela Normal “Juan Pujol”, una antigua construcción señorial, suele verse por las noches a una bella joven, hermosamente vestida con un largo traje de encaje blanco y una capa de pana roja, recorriendo los pisos y escaleras de mármol con una vela encendida en la mano. Ante las primeras luces del alba, la misteriosa criatura se desvanece.




La Dama Vestida de Negro

En San Gregorio, localidad cercana a Venado Tuerto, Provincia de Santa Fe, sus pobladores relatan que una mañana de cerrada llovizna, un abastecedor del frigorífico Maru de Rufino encontró en la ruta 14 a una mujer vestida de negro que hacía el tradicional gesto de autostop. La llevó hasta la ciudad y cuando la dama se bajó, tras agradecerle por haberla acercado hasta escasa media cuadra de su casa, le dijo su nombre: Nancy Núñez. Poco después, el hombre se enteró de que Nancy Núñez había fallecido un año y medio atrás en un extraño accidente, cuando la avioneta que piloteaba su marido había perdido una de sus ruedas impactando en el auto que ella conducía, lo que le había causado la muerte instantáneamente. El sorprendido abastecedor descubrió también que el lugar en donde había parado para levantar a la mujer, entre Cristophersen y San Gregorio, era exactamente el sitio donde había ocurrido la tragedia que poco antes había conmocionado a la localidad. Otros testimonios dan cuenta de la misma aparición, en la misma ruta, a la altura del lugar del accidente.






La Dama Vestida de Blanco 

En distintas ciudades de la Argentina circula este relato, con algunas variantes mínimas, que tiene como protagonista a un joven que concurre a una fiesta, baile o lugar de diversión nocturno. Allí conoce a una bella muchacha de vestido blanco a la que invita a bailar y de la que se enamora instantáneamente. A cierta hora de la noche se ofrece a acompañarla hasta su casa y le presta su abrigo para protegerla del frío. Al día siguiente, el muchacho vuelve a la casa de la joven con intención de verla nuevamente y es atendido por los padres de ella, quienes con sorpresa y estupor le informan que la muchacha ha muerto uno o dos años antes. El enamorado no entra en razones, motivo por el cual los afligidos progenitores lo llevan hasta el cementerio con el propósito de que, al ver la tumba, el muchacho se convenza de la verdad de sus dichos. Al llegar a la tumba, la estupefacción estalla en los tres, al descubrir que sobre la lápida descansa el abrigo que el muchacho le había prestado a la joven la noche anterior. 




El Perro Extraño

Cuentan en el barrio de La Boca, en la ciudad de Buenos Aires, que hace muchísimos años dos ancianos encontraron un perro abandonado. Sintieron lástima por el animalito que, pese a su aspecto extraño, los miraba con ojos de mucha ternura. Le dieron de comer y lo asearon, incorporándolo a la vida familiar. En la casa de un vecino tenían varios gatos, pero desde la llegada del destartalado can, comenzaron a desaparecer uno a uno, en forma misteriosa. A los pocos meses se encontraría el cuerpo de uno de ellos, terriblemente destrozado. Cierta vez el perro presentó síntomas de decaimiento y lo llevaron al veterinario para que lo atendiese. El facultativo, tras revisarlo, no pudo encontrar las palabras adecuadas para decirles a los afligidos amos que lo que habían recogido no era un tierno ejemplar de raza canina sino una enorme rata del Amazonas, de conocidos hábitos carnívoros. 





El Vampiro de Flores 

Tiene como protagonista a Belek, un enano que llegó a Buenos Aires con el Circo de los Zares proveniente de la zona de los Cárpatos. Al igual que el conde Drácula, Belek fue expulsado luego de que Boris Loff, el dueño del circo, junto a dos testigos: la Mujer Barbuda y el Hombre Bala, lo encontraran prendido al cuello de una mona integrante de la troupe circense.
Pero el mito, apenas comienza aquí. El verdadero horror se desató cuando Belek se refugió en una casa abandonada del Bajo Flores y comenzaron a desaparecer misteriosamente todos los gatos del barrio. El relato cuenta que los vecinos protegieron sus casas con ristras de ajo mientras portaban crucifijos por las calles, por temor a ser atacados. Una noche de invierno, cerca de la estación Flores, los hombres del barrio lograron cazar al vampiro con una improvisada red, fabricada con la malla de un arco de fútbol, pero éste se les escapó furtivamente. Algunos aseguran que aún vive en el cementerio de Flores y sale de tanto en tanto a producir estragos entre los desprevenidos transeúntes.
 






Los Fantasmas del Subte 

Varias historias circulan en torno a los subterráneos de la ciudad de Buenos Aires, que tienen como escenario principal las estaciones de la línea A, la primera de la red inaugurada en 1913, que actualmente une Plaza de Mayo con Primera Junta. 

Una de ellas cuenta que un antiguo operario de la estación Sáenz Peña concurrió a los sanitarios en horas de servicio y encontró en ellos a un hombre degollado sobre un charco de sangre. De inmediato el atribulado empleado dio el alerta al personal de seguridad de la estación, quien acudió rápidamente a inspeccionar el lugar, encontrando el sitio en perfectas condiciones y sin ningún rastro de violencia. El veredicto fue unánime: se trataba de una alucinación. 

Al día siguiente, volvió a repetirse la situación, aunque el protagonista fue esta vez otro empleado. Durante largo tiempo, muchos fueron los trabajadores que afirmaban haber visto al degollado en el baño de esa estación. 

Otra historia de aparecidos tiene como escenario el tramo comprendido entre las estaciones Alberti y Pasco, aunque su figura central esta vez es una extraña mujer en traje de novia. Cuentan los dichos que se trata del fantasma de una joven a la que su prometido abandonó ante el altar, circunstancia por la cual la muchacha habría salido intempestivamente de la iglesia y se habría arrojado a las vías del tren. Otra versión, más romántica aún, señala que la ceremonia del casamiento se realizó pero al tratarse de una unión concertada por los padres de los novios, la muchacha prefirió suicidarse al salir de la iglesia antes de contrariar su propia voluntad. 






El Hombre sin Ojos 

Relatan algunos habitantes que hace tiempo solía verse a un hombre sin párpados deambular por los vagones de la línea de ferrocarril Mitre. Numerosos testimonios daban cuenta de que siempre subía o bajaba del tren en la Estación Coghlan. Sobre su aspecto circulaban distintas explicaciones. Según algunos, se trataba del alma de un muerto que se había suicidado arrojándose a las vías. Según otros, era un hombre de la zona que al momento de morir padecía una terrible infección ocular. Más allá de estas discrepancias, todavía muchos vecinos del lugar buscan en el andén los ojos del hombre sin párpados, a los que se le atribuyen poderes mágicos. 






La Mulánima 

También llamada Alma-mula, este engendro es una mujer condenada por pecados muy graves en contra del pudor. Galopa por los campos haciendo un ruido metálico estruendoso - como si arrastrara cadenas -; echa fuego por la boca, los ollares y los ojos y mata a la gente a dentelladas o a patadas. Se la ve sólo de noche y su apariencia es la de una mula envuelta en llamas.
En Tafí del Valle se ha encontrado, en la "Ruta de Birmania" (camino que lleva al Ojo de Agua y que pasa por detrás de la Loma del Pelao), una piedra con una pisada de este animal. 
Se comenta que sólo un hombre con mucha Fe o muy valiente puede escapar de su infalible ataque. Para repelerla o defenderse se debe repetir tres veces "Jesús, María y José". 
Algunas personas dicen que el Alma-mula es el Diablo mismo.





El Pombero 

Es muy parecido al Duende, pero a diferencia de aquel, se lo ha visto muy pocas veces. 
Tiene los pies al revés para dificultar su búsqueda. Puede tomar la forma de cualquier animal. Según Bossi, a la distancia parece un carpincho parado en las patas traseras, sus ojos no son como los nuestros, sino chatos, como los del sapo, y con cejas de pelo largo. 
Mira fijo igual que las lechuzas. Tiene la boca grande y alargada y sus dientes son muy blancos. 
Se dice que es el dueño de los pájaros y del sol y señor de la noche. 
sale a pasear en los meses de Octubre y Noviembre, cuando empieza el calor 

Cuentan que una vez, el Pombero se enojó con un hachero de la provincia de Formosa: Marco Gavasa, lo sacó del rancho con cama y todo durante la noche y lo dejó en medio del monte. Esto mismo se repitió durante varias noches hasta que una vuelta lo golpeó y lo dejó paralítico. Marco Gavasa murió a los 86 años en el año 1972. 
Quiere a los chicos buenos y golpea a los malos. Cuando uno le imita el grito o el silbido, éste le contesta en forma enloquecedora. Dicen que se lo ahuyenta con ajo.
 





El Ahorcado del Cementerio de La Chacarita 

Cuenta la leyenda que alrededor del cementerio de la chacarita (También conocido como el cementerio del oeste) suele encontrarse durante las noches de los jueves de luna llena una extraña y muy curiosa visión. Precisamente en la calle Jorge Newbery, a metros de la intersección con las vías, colgado de uno de los árboles mas cercanos al muro del antiquísimo cementerio, un extraño espíritu apenas perceptible de un hombre ahorcado en una de las ramas mas altas del árbol. Algunos testigos que dieron testimonio afirman que el espíritu pose un cuerpo semitransparente con un avanzado estado de putrefacción. Muchos lo describen con ropas antiguas y sucias. 

Esto último nos lleva a pensar que puede ser un alma en pena de aquellos tiempos negros del año 1871 donde buenos aires sufrió la horrible fiebre amarilla. Ya que no hay documentos de aquellos tiempos que abarquen justamente sobre un suicidio así en la zona nos basamos en las habladurías de los pocos testigos de la aparición. Muchos sostienen que era una persona victima de dicha nefasta enfermedad. Otros muchos dicen que la expresión de dolor de su rostro es por la perdida de algún familiar. 

En verdad, poco se sabe sobre este fantasma de buenos aires. Sobre este muerto que aun hoy, después de casi 150 años sigue deambulando por la ciudad sin querer pasar del otro lado. ¿Verdad? ¿Mentira? ¿Fabulación de unos pocos? Nadie lo sabe. Solo resta acercarse al lugar.
 




El Errante de las Vias 

Cuenta la leyenda que en algunas noches sin luna, entre las estaciones de Plaza Constitución y Temperley varios individuos del personal del Roca informan la aparición de una extraña persona en los trenes que comprenden ese trayecto. 
Durante meses, solo el personal ferroviario pudo distinguir por momentos a una persona de sexo masculino de unos 23 años de edad ya sea en los trenes, las estaciones o al costado de las vías que comprenden esos kilómetros recorrido. 
El individuo es describió como demasiado alto para su edad, poseedor de unos ojos negros e inexpresivos y claramente distinguible por su tez extremadamente blanca. 
Lo curioso del asunto es que solo el personal y con una cierta antigüedad en la línea puede observar al extraño visitante por unos segundos antes de que este desaparezca del lugar. 
Los rumores cuentan de asesinatos en las vías, un suicidio que dejo un alma en pena sobre la tierra o antiguos maquinistas. Pero es algo sin confirmar aun (Ya que no se pudo determinar la identidad del ente). 
Solo una vez, la constante de ser vislumbrado por los trabajadores se quebró cuando una chica que viajaba de noche lo distinguió subiendo las escaleras que llevaban al anden medio de la estación avellaneda. 
Cabe destacar que por la poca información y reducido cantidad de testigos la leyenda no es tomada como verdadera. Pero si alguien es de manejarse por estas estaciones por las noches, avísennos si lo ven…
 




La Luz Mala 

Nuestro interior provinciano es muy lindo en paisajes y bellezas naturales, pero más bondadosa ha sido la naturaleza con el hombre que habita en esas "soledades"; en esa eterna quietud y paz. Soledad que se convierte en compañía para el espíritu, que le infunde melancolía y le fortifica el alma. Pero no siempre hay tranquilidad en esos parajes; las corridas, los velorios, las fiestas religiosas y las supersticiones mantienen inquieto al hombre de cerro y de campo y le tornan divertida su monótona vida. 
La riqueza cultural de nuestra gente es inimaginable; resultado de la fusión de las antiguas culturas aborígenes, del cristianismo, de las soledades y desventuras que en el marco geográfico se desarrollaron a través de años y años. Un tesoro que el hombre de la ciudad por su vida agitada y sofocante muchas veces no conoce, y que forma parte de nuestra tradición. 
Entre las supersticiones y leyendas de la gente del campo o de los cerros está la de la "luz mala" o "Farol de Mandinga", mito con trascendencia religiosa que se extiende por casi todo el Noroeste Argentino. 
En algunas épocas del año (generalmente las más secas) se suelen ver de entre las pedregosas y áridas quebradas de los cerros del oeste tucumano (Mala Mala, Nuñorco, Muñoz, Negrito, Quilmes, etc), a la oración - de tarde -, o cuando los últimos rayos del sol iluminan las cumbres de los cerros y el intenso frío de la noche va instalándose en los lugares sombreados, una luz especial, un fuego fatuo; producto de gases exhalados por cosas que se hallan enterradas conjugados con los factores climáticos; a ella - con terror y morbosidad - los lugareños denominan "luz mala" o el "farol del diablo". 
El día de San Bartolomé (24 de agosto) es el más propicio para verlos, ya que es cuando parece estar más brillante el haz de luz que se levanta del suelo y que, por creencia general, se debe a la influencia maligna, ya que popularmente estiman que es el único día en que Lucifer se ve libre de los detectives celestiales y puede hacer impunemente de las suyas. 
La luz es temida también por que imaginan ver en ella el alma de algún difunto que no ha purgado sus penas y que, por ello, sigue de esa forma en la tierra. 
Generalmente nadie cava donde sale la luz por el miedo que ésta superstición les ha producido, los pocos que se han aventurado a ver que hay abajo de la luz siempre han encontrado objetos metálicos o alfarería indígena - muchas veces urnas funerarias con restos humanos, lo que aumentó el terror- que al ser destapada despide un gas a veces mortal para el hombre, por lo que los lugareños aconsejan tomar mucho aire antes de abrir o sino hacerlo con un pullo - manta gruesa de lana - o con un poncho, de suerte que el tufo no llegue a ser respirado. 
Debido a la continua migración a las ciudades y centros poblados, y por constante progreso estas leyendas van quedando reservadas solo para los mayores; la juventud se preocupa por otras cosas que estima más importante.-