jueves, 12 de diciembre de 2013

Valkyrie, el robot que allana el camino a Marte



La NASA sigue con el objetivo de crear diversos proyectos que permitan asistir al hombre en la exploración espacial, y acaba de anunciar a Valkyrie, un robot con rasgos femeninos, sucesor del Robonaut, con una misión clara: asistir a la agencia en la llegada del hombre a Marte. Fue creado para participar en la competencia Darpa Robotics Challenge (DRC), pero se diferencia de las otras propuestas, que apuntan a crear androides que sirvan de asistentes en situaciones de rescate o en ámbitos hostiles para los operarios, como en el desastre nuclear de Fukushima, en que este robot fue creado con el objetivo específico de servir para la conquista espacial.




Aunque la NASA decidió que sea un proyecto que carece de género, Valkyrie da ciertos indicios de ser un ginoide, un robot que emula la fisonomía femenina. Tiene 1,9 metros de alto, unos 125 kilos de peso y está desarrollado de forma conjunta por el Johnson Space Center (JSC) de la NASA junto a las universidades de Texas, Texas A&M y fondos que aporta el estado local. Bajo los requisitos del DRC, Valkyrie puede caminar sobre terrenos poco firmes, escalar una pendiente, utilizar herramientas y conducir un vehículo.

A diferencia de otros robots humanoides, como Atlas, el funcionamiento de Valkyrie se basa en una batería de una hora de autonomía, y no requiere de un cable de alimentación. Sus partes pueden ser reparadas en forma sencilla, ya que sus brazos son intercambiables.




"La NASA quiere ir a Marte, y es por eso que espera mandar robots antes que los humanos. Ellos podrán preparar el camino de forma anticipada, antes de nuestro arribo, y ambos podrán trabajar de forma conjunta. Tecnologías como Valkyrie son vitales para la exploración espacial", dijo Nicolaus Radford, jefe del equipo de desarrollo del JSC, entrevistado por el sitio IEEE Spectrum.





Todo esto ocurre cuando la misión Mars One no está logrando todos sus objetivos tan fácilmente como preveían. A falta de sólo unos días para terminar el plazo de presentación de solicitudes para ir a Marte sin posibilidad de vuelta, el número de candidatos se eleva a 165.000. La cifra está muy por debajo del millón de solicitudes que los responsables de la misión de capital privado esperaban.




El problema no es tanto de falta de astronautas (165.000 candidatos son suficientes para elegir a 26 futuros exploradores) sino por un problema de financiación. Las personas que solicitan participar en el proyecto son también inversores en el mismo mediante una tasa que oscila entre 5 y 75 dólares según su país de procedencia (25 dólares de media).

Mars One tiene previsto seleccionar a 26 astronautas que partirán hacia Marte con fecha de inicio en abril de 2023. Los equipos partirán cada año en grupos de seis. Los promotores de Mars One calculan que el primer lanzamiento costará 6.000 millones de dólares, y los sucesivos 4.000. También se irán lanzando misiones de suministro no tripuladas que costarán 250 millones cada una.




Dentro del primer lanzamiento, se espera agregar 5 unidades Valkyrie, continuando con 10 unidades en los siguientes lanzamientos, para que sirvan de exploración y apoyo a la tripulación humana.

Como yapa para esta nota, publicamos una de las ultimas fotos de Marte enviadas por la Mars Express, que lleva desde el 2003 orbitando el Planeta Rojo, y que nos presenta el cráter Becquerel (nombrado así en honor al físico francés); imágenes que muestran cómo el viento y el agua (que existió hace millones de años en Marte) han creado una orografía escarpada y diversa, en muchos casos muy parecida a la de la Tierra.




En los últimos días, la asociación Aruus, de seguidores de Erich von Däniken, ha publicado la siguiente foto, que afirma que los Incas, utilizando sus carrozas de fuego (platillos voladores) habían estado antes en Marte (hace cientos de años) y habrían erigido un monumento al Dios Jaguar…





martes, 10 de diciembre de 2013

Lulu, la aplicación para celular que valora a tus pretendientes



Millones de usuarias ponen nota a sus antiguas parejas -también en la cama-, 'ayudando' a otras chicas. Su éxito en Brasil provoca que un joven haya demandado a la empresa por sentirse humillado.
En un mundo que cada día amanece con aplicaciones móviles nuevas, no es de extrañar que algunas de ellas protagonicen polémicos titulares. Una de las que más ha dado que hablar últimamente es Lulu. En su página web oficial destaca cómo la definió la revista Cosmopolitan: una mezcla entre la serie Sex and the City y Facebook.
Dirigida exclusivamente a mujeres mayores de 17 años, sus usuarias valoran con nota y de forma anónima a sus ex parejas -y, en menor medida, a sus novios o amigos-, a través de algoritmos automáticos que se generan tras juzgar todo tipo de aspectos: carácter, educación, aspecto físico, rendimiento sexual... Todo ello, eligiendo hashtags predeterminados, como "#NoSeQuedaADormir" o "#SabeDePorno".


Para poder usar la aplicación, es necesario que ellas estén registradas en Facebook y que el hombre que vayan a valorar sea su amigo en la red social. En menos de un año de vida, Lulu ya tiene millones de usuarias en todo el mundo y es todo un fenómeno en Brasil, donde, a pesar de haber desembarcado recientemente, no ha tardado en ser la app más descargada.
Precisamente un brasileño ha sido la primera persona que ha decidido llevar a Lulu a los tribunales, según ha publicado el medio británico Telegraph. Al parecer, Felippo de Almeida Scolari, estudiante de Derecho de 28 años, no está nada contento con su nota de 7,7 sobre 10 ni con algunos de sus hashtags -"#NoLlamaAlDíaSiguiente", "#DeberíaVenirConAdvertencia", "#MásBaratoQuePanConMantequilla"...-, y menos con que esté a la vista de sus conocidos: "Me repugna porque no he autorizado que esa aplicación utilice mi información. Tengo novia y se enteró de esto a través de un amigo en común. Le sentó fatal porque no es algo que agrade ver escrito".
El Ministerio Público de Brasil ya ha puesto en marcha una investigación para determinar si Lulu ofende o no el honor del demandante, tal y como recoge BBC.


Sin embargo, la creadora de la herramienta, Alexandra Chong, que también estudió Derecho, ha dejado claro que en las condiciones de uso se explica que "si los chicos no quieren que sus amigos vean su perfil en Lulu", pueden solicitarlo de manera sencilla para que este sea "retirado" inmediatamente, y ha recordado que cada valoración puede ser votada con un "de acuerdo" o un "en desacuerdo".
En su opinión, Lulu es muy útil porque, a modo de "brújula de noviar", "ayuda a las chicas a tomar decisiones más inteligentes", "navegando por la dirección correcta en sus vidas amorosas" y "opinando con sinceridad". Para ella, es una especie de buscador de chicos, un chicoogle.
Pero muchas asociaciones se oponen a esta violación de la intimidad, y ya han entablado variadas acciones legales en su contra, incluso ante tribunales internacionales.
El caso es que mientras la aplicación anda en la cuerda floja, los ciberprogramadores han empezado a hacer sus proyectos para responder a la fiebre del voto femenino:
- Se ha creado la aplicación Tubby, la versión masculina de Lulu, en la que los hombres podrían votar a las mujeres enfocándose, precisamente, en el punto más polémico: las relaciones íntimas. Por supuesto, la aplicación ha sido prohibida por la justicia después de recibir varias denuncias de asociaciones que defienden el derecho, la igualdad y la dignidad de las mujeres (asociaciones que también están en contra de lo que ofrece Lulu). En las decisiones judiciales de la mayoría de los tribunales, se prohíbe también a Apple y Google que divulguen la aplicación en sus markets correspondientes, así como a Facebook que se permita el acceso de Tubby para recoger las informaciones de los perfiles.
- Se ha creado el sitio notanolulu.com que permite ver la nota que las mujeres nos han puesto, sin necesidad de que tengamos que instalar la aplicación para verificar dicho número.
- Se ha creado la aplicación LuluFake, un proyecto que mejora la reputación de los hombres en la aplicación Lulu. Los interesados pagan para que la nota del sistema sea alterada con “votos falsos”, permitiendo pasar de la situación de la izquierda de la imagen a la situación de la derecha.


Y la historia continua, recordando siempre que “El derecho de uno termina donde comienza el del otro”, y eso se aplica dentro y fuera de Internet.