miércoles, 11 de septiembre de 2013

El Increíble Detective de los Garfios


J.J. Armes es parecido a un cyborg, y solo con vernos, volamos a un mundo de miles de ideas fantásticas. Es de carne y hueso pero parece  producto de la imaginación más desbocada de Ian Fleming y su agente secreto James Bond. Tiene aspecto de archi-villano muy peligroso. Se autoproclama “El mejor detective del mundo” y lleva garfios en lugar de manos a los que ajusta pistolas e infinidad de gadgets. Su minusvalía no le impide pilotar avionetas, helicópteros y ser maestro en artes marciales.

En una entrevista concedida en El Paso, California, Estados Unidos, la secretaria personal de Armes nos lleva por una puerta secreta a un enorme despacho …  J.J. Armes está sentado en un sofá hojeando una revista rodeado de fieras disecadas, pero no es en realidad Armes sino una réplica de cera. Una voz suena a mis espaldas, es Armes que estudia nuestra reacción, convenientemente oculto tras un espejo falso:
“-Ese maniquí es un cebo por si pretenden asesinarme. Han puesto precio a mi cabeza cientos de veces.”



Un mecanismo oculto hace girar el espejo y aparece el verdadero J.J. Armes, sólo su cabeza sobresale tras una gran mesa semicircular. Una aparición digna de Ernest Blofeld, el monstruoso líder de la asociación criminal Spectre, archienemigo de Bond…
Frank Sinatra, Elvis Presley, Yul Brinner, Roddy MacDowell, Jill Ireland, Joan Collins… todos tienen en común haber solicitado los servicios de Armes pero el caso que lo catapultó a la fama fue cuando rescató a Christian, el hijo de Marlon Brando, secuestrado por una banda de hippies relacionados con la secta satánica de Charles Manson.



Vayamos por el principio: una granja en Texas, en mayo de 1949 Julián Armas (su verdadero nombre) con entonces doce años está manipulando una caja de cohetes. La caja explota y lo siguiente que recuerda Armes es ver a su alrededor gallinas picoteando trozos de carne humana, … sus dedos.

 Le implantan poco después sus famosas prótesis con pinzas que maneja mediante contracciones de los bíceps. Años más tarde se traslada a Los ángeles para estudiar criminología mientras interviene en 36 largometrajes y varias series televisivas. Luego pondrá una rudimentaria agencia de detectives.

En 1972 Marlon Brando acude a Armes para que encuentre a su hijo Christian que se encuentra retenido a la fuerza en algún lugar del norte de México. En un par de días, Armes estaría sobrevolando Mexicali en helicóptero, cuando divisa una sospechosa furgoneta junto a unas tiendas de campaña. Armes aterriza y con una pistola en uno de sus ganchos se acerca al campamento. Varios hombres y una mujer salen de las tiendas. Armes les ordena levantar las manos y sentarse sobre unas margaritas salvajes.

-      “El primero que se mueva verá crecer esas margaritas desde abajo” –.les dice Armes. Es una frase que su actor favorito, Gary Cooper, pronunciada en el film de vaqueros  El Virginiano (1930).
El detective encuentra a Christian en una de las tiendas y los dos regresan en helicóptero a Los Ángeles. Brando abandona el rodaje de El último tango en París para reunirse con su hijo.



Luego vendrían infinidad de casos con famosos y muchas más apariciones en cine y televisión.

Lueo de leer la autobiografía de Armes, todo puede parecer excesivo, grotesco o bizarro a veces... pero hay que destacar que es un hombre de un gran altruismo: al enterarse por la prensa de que Harold Russell ponía a la venta el Oscar que había ganado por Los mejores años de nuestra vida (1946) –era el marinero con garfios en lugar de manos de la película- para costear el tratamiento de su mujer enferma de cáncer, Armes pagó de su bolsillo las facturas del hospital.

Cuando su mujer se recupero (milagrosamente!!!), Russell muy emocionado accedió a una cita con Armes a las puertas del hospital…  Cuando éste le vio extendió una mano y dijo: -“Harold, Shake those Hooks! (¡Harold, choca esos garfios!)”…



J.J. Armes; todo un personaje que ha crecido tanto en Hollywood (recientemente resolvió un nuevo crimen en el 2010 sobre un bebe desaparecido, lo que lo catapulto nuevamente a la fama), que ya tiene sus propias figuras de acción, proveídas por la juguetera Any Toys.